Durante la mañana del viernes 16 de agosto se desarrolló la cuarta conferencia del Ciclo de Arquitectura Latinoamericana, a cargo del arquitecto Alejandro Aravena. La actividad se desarrolló en el Teatro Coliseo Podestá de La Plata y contó con la participación de más de 1000 estudiantes, docentes y graduados de la FAU.
El evento comenzó con la entrega por parte de la Universidad Nacional de La Plata, a través de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, del título Doctor Honoris Causa, máxima distinción de la UNLP.
“Quizás la pregunta de por qué estamos aquí… puede encontrar parte de la respuesta no sólo en el reconocimiento que ha adquirido la obra de Alejandro -a través de premios, distinciones y publicaciones- sino también a la significación de la Arquitectura como fenómeno socio-cultural”, expresó Fernando Gandolfi, decano de la Facultad, en la apertura. “En este sentido la FAU tiene como objetivo generar, preservar y difundir conociemiento para la formación de personas comprometidas con el desarrollo de nuestro país y región” agregó Gandolfi.
Aravena expuso sobre la relación entre la academia y la practica profesional en el contexto actual: “la arquitectura tiene el poder de síntesis y estamos enfrentados a preguntas cada vez más complejas”.
Lo primero que hacemos en la oficina es elaborar la pregunta. Tiene que haber dedicación y cuidado a la construcción de la pregunta antes de pasar a la respuesta
Se refirió a la relación entre academia y profesión “en arquitectura, al ser una práctica profesional, la verificación es por los hechos” y que en cada diseño hay una capacidad de sintetizar muchas dimensiones al mismo tiempo.
“Lo que hacemos como arquitectos es darle forma a los lugares en donde la gente vive (…) hay un conjunto de decisiones que tomar que pueden mejorar o arruinar la calidad de vida de la gente, y sería deseable que eso se tome con la mayor pertinencia posible”, afirmó.
También se refirió a la necesidad de afrontar “el desafío del papel en blanco” y pensar los hechos de la arquitectura en relación con las realidades. “Para quienes actuamos en contextos de escasez, es clave pensar cómo con la menor cantidad de movimientos posibles llenar el espacio construido”, señaló.
Además, Aravena destacó la importancia de adentrarse en las obras, en cómo las cosas se ven y cómo fueron construidas, cómo fueron pensadas, captar lo que opera bajo la percepción consciente. Para ello abordó cuatro ejemplos de obras arquitectónicas: La escalera de la Biblioteca Laurenciana en Florencia, los templos dóricos, la Alhambra (Granada) y la geometría árabe, y el proyecto para la construcción de la sede del Banco Interamericano de Desarrollo en CABA. “Una de las cuestiones que hace que las obras permanezcan en el tiempo es que estén vivas”, apuntó. Concluyó dejando abierto el interrogante de ¿cómo introducir principios de vitalidad? planteando la importancia de la estructura en el proyecto arquitectónico, teniendo como eje resolver el problema de la sustentabilidad e ir hacia respuestas antiintuitivas.
Sobre el Honoris Causa
“Desde esta Facultad propusimos al Honorable Consejo Superior de nuestra Universidad -una de las principales del País y de histórica vocación latinoamericanista- que se distinguiera con el título de Doctor Honoris Causa al arquitecto Alejandro Aravena Mori, a fin de otorgarle un nuevo reconocimiento a su contribución a la disciplina y al rol del arquitecto en la sociedad”, expresó Gandolfi, durante la entrega del reconocimiento.
Se destaca en la trayectoria de Aravena la obtención del Premio Pritzker, el principal galardón internacional concedido a arquitectas y arquitectos, por lo que es comúnmente mencionado como el “Nobel de Arquitectura”. En este sentido, de los 41 premios otorgados desde 1979, sólo cuatro han sido destinados a latinoamericanos.
Lo importante de esta distinción es que generó un nuevo paradigma, marcó un cambio de orientación en los criterios de valoración para otorgar este premio y si bien se sigue considerando prioritario la “demostración de un alto nivel de creatividad en el diseño de las obras”, en el acta del jurado se consigna que Aravena -además de “Innovador e inspirador, muestra cómo la mejor arquitectura puede mejorar la vida de la gente” y “encarna el resurgimiento de un arquitecto comprometido con la Sociedad. (…)”.
“Tiene un profundo conocimiento de la Arquitectura y la sociedad civil, como se refleja en sus escritos, en su activismo y en sus proyectos. El papel del arquitecto está siendo desafiado para servir mayoritariamente a necesidades sociales y humanitarias, y Alejandro Aravena ha respondido a este desafío de forma clara, plena y generosa”.
Por estas razones, la Universidad Pública Argentina a través de la FAU, otorga el mayor reconocimiento de la UNLP a un arquitecto que ha asumido la responsabilidad social de la disciplina, asignando al Proyecto de Arquitectura el objetivo de transformar las condiciones del habitar de sectores vulnerables de la Sociedad.
“Aravena es un caso excepcional dentro del panorama arquitectónico contemporáneo (…) Es probablemente el arquitecto de mayor prestigio en Chile”, señaló José Rosas Vera profesor de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos de la PUC de Chile, al momento de la distinción.
“Este reconocimiento no sólo prestigia nuestra casa de altos estudios, sino que es un merecido reconocimiento a uno de nuestros más distinguidos académicos”, señaló y saludó la realización del Ciclo de Arquitectura Latinoamericana para dar a conocer la producción arquitectónica contemporánea de nuestro territorio.
Previo a su exposición, el Arq. Aravena resaltó que el reconocimiento Honoris Causa “no habría sido dado sin el trabajo de la oficina Elemental”.